En 1959 Hobbs informó por primera vez de toxicidad retiniana debido a la utilización a largo plazo de cloroquina (CQ). En la actualidad, el sulfato de hidroxicloroquina (HCQ) es el agente antipalúdico más utilizado en el tratamiento de enfermedades autoinmunitarias por su menor incidencia de reacciones adversas, aunque al igual que la CQ puede producir toxicidad ocular por depósito corneal y retiniano.
La afectación retiniana produce alteraciones irreversibles de la visión y el paciente puede no percibir su presencia de forma temprana, por lo que se recomiendan revisiones oftalmológicas periódicas.
El grupo de investigadores del Hospital Rafael Méndez (Murcia) estudiaron la frecuencia de toxicidad retiniana y los factores de riesgo asociados en una cohorte de pacientes tratados con antipalúdicos de el hospital comarcal.
Su estudio mostró una frecuencia de toxicidad retiniana en pacientes en tratamiento con antipalúdicos del 13,1%, con una mayor tendencia en pacientes en tratamiento con CQ. Esto puede deberse tanto a la ausencia de evaluación estandarizada para detectar toxicidad retiniana como a la utilización de nuevos métodos diagnósticos de gran precisión (SD-OCT, ERG), que permiten una detección precoz. Así, se realizaron a todos los pacientes fondo de ojo y SD-OCT, lo que ha podido permitir identificar a un mayor número de pacientes con afectación retiniana. Por otra parte, Kobak et al. reconocen que su población de estudio pudiera presentar una mayor gravedad al proceder de un entorno de investigación clínica, lo que explicaría que la frecuencia de retinopatía sea mayor.
Comparando a los pacientes en función del antipalúdico, se observó que los pacientes en tratamiento con CQ tenían tendencia a presentar un mayor riesgo de toxicidad retiniana, y si el grupo de estudio hubiera sido más amplio es probable que la diferencia hubiera alcanzado la significación.
Entre los factores asociados a toxicidad retiniana por antipalúdicos los más importantes son la duración del tratamiento y dosis diaria, aunque encontraron resultados contradictorios en los diferentes estudios.
En este estudio solo encontraron una asociación positiva entre toxicidad retiniana e hipertensión arterial.
A todos los pacientes en los que se detectó toxicidad retiniana se les retiró el tratamiento con antipalúdicos, cambiando este por otro fármaco inmunosupresor según la enfermedad de base. En los 3 casos en los que se detectaron de manera precoz toxicidad retiniana mediante la SD-OCT, sin maculopatía típica en ojo de buey, no se encontraron alteraciones significativas de la agudeza visual que pudieran influir en la calidad de vida de los pacientes.
Este estudio no está exento de limitaciones. En primer lugar, el diseño retrospectivo. Y, en segundo lugar, el tamaño muestral, que pudo condicionar la falta de identificación de factores de riesgo asociados a toxicidad retiniana secundaria a antipalúdicos.
Sin embargo, la evaluación oftalmológica protocolizada lo distingue de los estudios previos.
En resumen, la frecuencia de toxicidad retiniana por antipalúdicos en este estudio (con técnicas oftalmológicas) fue alta, con tendencia a un riesgo mayor en pacientes en tratamiento con CloroQuina.
Encontraron como factor de riesgo asociado la hipertensión arterial, aunque este hallazgo debe confirmarse en posteriores estudios.
Para leer el artículo completo id a Reumatología clínica: http://www.reumatologiaclinica.org/es/toxicidad-retiniana-por-antipaludicos-frecuencia/articulo/S1699258X1300003X/
Estudio llevado a cabo por Deseada Palma Sánchez, Elena Rubio Velazquez, Sandra Soro Marín y Rebeca Reyes García