Las células de médula ósea parecen tener un efecto positivo en la nefritis, mejorando la supervivencia, según un estudio realizado en ratones.
El Lupus Eritematoso Sistémico (LES) es una enfermedad autoinmune que produce autoanticuerpos y reacciones inmunes posteriores que pueden conducir a una variedad de síntomas, incluyendo inflamación de los riñones, o nefritis.
Cuando los investigadores trasplantaron células madre mesenquimales (CMM) derivadas de médula ósea humana en ratones modelados con LES en laboratorio, encontraron que la inflamación se redujo y la nefritis se había «atenuado». Los investigadores pensaron que su estudio puede revelar un «nuevo mecanismo» por el que las células madres mesenquimales podrían regular la progresión de enfermedades autoinmunes tales como LES.
«El LES puede ser refractario a tratamientos tradicionales y ser potencialmente mortal, especialmente cuando invade órganos importantes«, dijo el Dr. Jeehee Youn, del Departamento de Anatomía y Biología Celular de la Facultad de Medicina de la Universidad de Hanyang (Seúl. Corea del Sur). «Nuestro estudio sugiere que las CMM suprimen el desarrollo de células que ayudan a activar los componentes inmunes.»
Su estudio que será publicado en un próximo número de Cell Transplantation, se encuentra actualmente disponible gratuitamente on line sin editar.
Los investigadores observaron que los anticuerpos dañinos en el LES son producidos con la ayuda de las células T auxiliares foliculares (TFH). Encontraron que las CMM trabajaban para retardar la progresión de la nefritis lúpica gracias a la supresión de la aparición de las células TFH en los ratones estudiados. Las células madre se diferencian funcionalmente dependiendo de su microambiente, no son inmunosupresores naturalmente, pero requieren un «licencia» proporcionada por moléculas pro-inflamatorias.
«La pluripontencilaidad de las células madre mesenquimales, junto a su baja inmunogenicidad, parecen ofrecer un tratamiento prometedor para las enfermedades autoinmunes refractarias graves«, concluyó el Dr. Youn.
«Aunque la tasa de supervivencia de los pacientes con diagnóstico de LES está mejorando, aún no existe una cura y el riesgo de mortalidad sigue siendo una preocupación. En la actualidad, la enfermedad es tratada con inmunosupresión, logrado por la administración de inmunosupresores que pueden causar efectos secundarios perjudiciales» dijo la Dra María Carolina de Oliveira Rodrigues, de la Universidad de São Paulo, Brasil y editora en Cell Transplantation. «La terapia con células madre es una opción atractiva en el tratamiento que se asocia con menos efectos secundarios que la farmacoterapia y, como sugirieron los investigadores, en realidad puede retardar la progresión de la enfermedad en lugar de simplemente aliviar la gravedad de los síntomas«.
Artículo aparecido el 15 de julio 15 en Medical News Today